miércoles, 14 de septiembre de 2011

XVI Marcha Cicloturista Huétor Tájar



Ocho fuimos los miembros del club que finalmente nos dimos cita para ir a Huétor: Víctor, Álvaro, Pedro, Salvador, Jesús Orca, Jose María Farma, Paco Italiano y yo.


Quedamos en La Tana. Allí, según llegábamos empezamos a interesarnos por las características del tramo libre, el ritmo al que se subiría, etc. Todo ello mientras hacíamos tiempo esperando a Manolo Medina (que no apareció), a Farma, que salimos sin él y nos encontramos en el mismo Huétor. No así a Juan Carlos, que ya sabíamos que no iba.

Salimos en coche para Huétor. En 45 minutos estábamos aparcados en las calles cercanas al polideportivo. Fuimos todos juntos a por los dorsales, como buen equipo. Según dan los dorsales, vemos que no estaba previamente asignados, sino que los van repartiendo por orden de llegada, de ahí que los tuviésemos correlativos. Como curiosidad, Salvador fue el núm. 100, Solís el 16 (debió sacarlo a las 6 de la mañana).


Nos dieron vale para desayuno en los bares cercanos, que aprovechamos. Una vez con las necesidad hechas, a preparar flacas.

Tras el desayuno y la puesta a punto de nosotros mismos y del material, nos apelotonamos junto a la salida. Debíamos ser algo más de 200 ciclistas, alguno con mucho mérito. Uno con sólo una pierna (la tenía amputada prácticamente en la cadera), y otro compañero con un brazo, el derecho, con malformación de nacimiento y por ello con todos los controles, frenos, cambios, etc, en la maneta izquierda.


Salimos a las 9 y cuarto. Unos km de llaneo entre la salida y Loja, a ritmo muy suave, con frecuentes frenazos porque vamos retenidos y hay ganas de ir rápido. En el paso por Loja, gente en la calle aplaudiendo, lo cual anima y hace sentir un pro. Nada más salir de la población, ya se huele el tramo libre.

Es en el pueblo de los roscos cuando empiezan las pendientes, aún controladas. Solís me indica que quedan 2 km para el tramo libre, y empezará en una rotonda que cruza la autovía A.92. Así es. Llega la rotonda, el coche que abre la marcha da un bocinazo prolongado y tira para adelante, y junto a él, los habituales fieras de todas las marchas, que presumo no quitarían plato en todo el rato. Yo intento pillar mi ritmo, y un grupo adecuado. Eso hice. Fui en un grupo adecuado a mi ritmo, sin compañeros de nuestro club. Y fue adecuado porque fuimos tirando uno de CC Malagueño y yo, llevando todo el rato a 8 o 9 ciclistas más detrás, sin dar un relevo. Supongo que irían justos de fuerza. El “puerto” tenía varios descansos y tramos de poca pendiente, con alguno cercano al 6% o así, calculo yo. Era de ir a plato, aunque a ratos opté por ir con plato pequeño y coronas pequeñas, para no cruzar mucho la cadena. Para llevar velocidad de entre 25 y 40 por hora casi siempre. Acabé el tramo libre delante de Farma y detrás del resto de compañeros del club. Más o menos lo esperado.

En Zafarraya avituallamos, y aprovechamos para las fotos de rigor.

A partir de ahí, la cosa iría neutralizada y a ritmo cómodo, sólo roto por 3 o 4 repechos apañados, de doler las piernas. Bajada rápida para Loja, desde el “Cerro de la Gallina”, en bajada y sin dar pedales, y ya oliendo Huétor, se acelera algo más. En éste pueblo, cuando pensábamos que íbamos a hacer 107 km en la ruta, nos dan una magnífica vuelta por sus calles que hace pasar de 112 km.

Descargamos bicis y nos acicalamos, unos con un simple secado de sudor en el maletero del coche, y otros, los más limpios o los más sudorosos, optamos por la ducha. Tras ella, comida a base de paella y bebidas a base de cerveza y refrescos. Tranquilamente comemos mientras asistimos a los inicios de la exhibición de Cobo en el Angliru por pantalla gigante, y al sorteo de regalos, tan esquivo para nosotros. Al final, cuando pensábamos que nos íbamos sin nada, Víctor recogió el trofeo al más joven.

Y con éstas, en coche a casa, que quien más y quien menos, tenía cierta prisa.

No querría terminar sin dar nuevamente las gracias a Solís y a la Peña Ciclista de Huétor Tájar su hospitalidad.

lunes, 20 de junio de 2011

Problemática de los carriles-bici

El texto no es mío, sino que es un extracto de una entrada del blog "La bici y el mar de coches". En concreto ésta

"En principio, la teoría del carril bici está muy bien. Los carriles bici te apartan de los coches de manera que puedas ir por un entorno seguro sin preocuparte de que te atropellen los coches. Muy bonito, pero eso es precisamente lo que no son. Porque en realidad, lo que hacen, es apartarte del tráfico, haciéndote invisible e impredecible, te convierten en el famoso niño que corre detrás de la pelota saliendo inopinadamente a la calzada.

  1. Los carriles bicis convierten todos los cruces en extremadamente peligrosos: Cómo no estás en el tráfico, los conductores no te ven. No estás ni en la acera, ni en la calzada, estás en el limbo. ¿Qué pasa si llegas a un cruce y quieres seguir recto? Los coches que van a torcer a la derecha, miran a ver si hay peatones cruzando, pero tú no estás en la acera a punto de cruzar, así que no te ven y la posibilidad de que se te echen encima sin haberte visto es extremadamente alta. Y lo mismo se aplica si tu intención también es girar a la derecha. La dinámica es la misma. La unica posibilidad es pararse en cada cruce y asegurarse de que nadie se te va a llevar por delante.
  2. Los carriles bici imposibilitan los giros a la izquierda: Los carriles bicis suelen estar a la derecha de la calzada, llegas a un cruce y quieres torcer a la izquierda ¿Qué haces? Pues lo único que puedes hacer: te bajas de la bici, esperas a que el semáforo se ponga en rojo, cruzas, te diriges andando a la calle que quieres coger, vuelves a esperar el semáforo y cruzas para colocarte en el sentido en el que quieres ir y te reincorporas al tráfico o al carril bici si lo hay. (práctico y rápido ¿eh?)
  3. Los carriles bici están llenos de obstáculos: vehículos mal aparcados, contenedores de basura, paradas de autobús, puertas que se abren, asientos…. las cosas más alucinantes te puedes esperar en un carril bici. Eso te obliga a ir muy despacio y en muchas ocasiones te hacen salir a la calzada cuando los conductores no se lo esperan precisamente porque hay carril bici.
  4. Los carriles bici convierten las salidas de garaje y las paradas de autobús en un peligro: Lo mismo de siempre, ni estás en la calzada, ni estás en la acera, los coches no te ven (y no te digo ya los autobuses).
  5. Los carriles bici son estrechos: A veces son tan estrechos, que casi tienes que pararte cuando el carril es bidireccional y viene un ciclista de frente. Además, anulan en muchas ocasiones la distancia de seguridad que otros vehículos deben mantener.
  6. Los carriles bici te hacen bajar la guardia: Da la sensación de que estas seguro, apartado del tráfico cuando no es así; en el carril bici, muy al contrario, hay que ir con mucho cuidado y con ojos en la nuca.
  7. Los carriles bici ralentizan a las bicis: Visto lo visto, un trayecto en el que podrías tardar 10 minutos yendo por la calzada, puede convertirse en más del doble utilizando el carril bici por lo que las principales ventajas de la bici urbana en trayectos cortos se pierden: rapidez y comodidad.
  8. Los carriles bici hacen que esté mal visto circular por la calzada: incluso en los sitios dónde no hay carril bici! Ante una red de carriles bici, los demás usuarios de la vía esperarán de ti que los utilices, incluso si para llegar a tu destino tienes que dar un rodeo de varios kilómetros. Esto se traduce en el cabreo mala actitud hacia los ciclistas por parte de otros usuarios de la vía. Crea una presión social para apartar a los ciclistas de las calles que puede llevar incluso a la prohibición de que las bicicletas circulen por la calzada com ya ocurre en varias ciudades.
  9. Los carriles bici convierten a los peatones en tus enemigos: Los peatones son los usuarios más vulnerables de la vía. Todos somos peatones. A raíz de las “aceras-bici” (que son multitud) y de la tendencia a seguir por la acera cuando se acaba el carril bici, estamos invadiendo un espacio destinado a personas que van a pie dónde tienen derecho a sentirse seguras y dónde lo último que se esperan es un vehículo a toda velocidad. Y así en lugar de ser nuestros aliados naturales, que lo son, se resienten y “reniegan” de las bicis.
  10. Los carriles bici impiden que aprendas a circular en bici: Al apartarte del tráfico y crearte una falsa sensación de seguridad, los carriles bici impiden que circules con normalidad en el tráfico impidiendo que aprendamos circular. Antes o después nos vamos a encontrar con situaciones en las que no hay carril bici. Ir por la acera no es una opción… ¿no sería mejor aprender? ¿Integrarse en el tráfico con normalidad? ¿Hacerse respetar en lugar de dejarse apartar?"

Lo suscribo al 100%. No quitaría ni un punto ni una coma.

sábado, 11 de junio de 2011

Los carriles-bici de Málaga y tráfico




Hoy toca hablar de carriles-bici. De los "fantásticos" carriles-bici de esta cuidad. Las circunstancias se han precipitado por el accidente de Cris, uno de los compañeros del club, que circulando por uno de ellos, ha sufrido un accidente que le va a tener unas cuantas semanas en el dique seco.

En primer lugar, hay que adivinar cuál es la idea del ayuntamiento con la proliferación de tanto carril bici. ¿Quitar coches de la calzada o callar bocas? Creo que sobre todo, la segunda. Si la intención de nuestros regidores fuese la de eliminar coches, la construcción de las vías ciclistas se hubiese hecho quitando espacio a las calzadas, y no a las aceras.

Así que, llegando a esta simple conclusión, es previsible por dónde van a ir los tiros en las siguientes líneas. Dado que la idea es callar bocas, no podemos esperar ni un diseño que permita la rapidez de los trayectos e
n bici, o lo que es peor, la seguridad de los ciclistas.

Así es. Bajo mi punto de vista, para el uso de bici de carretera, no es adecuado ni seguro circular por los carriles bici. ¿Razones? Varias, destacando:

  • Bordillos elevados que dificultan subirse y bajarse a ellos con ruedas de 23mm de grosor.
  • Piso deslizante y frecuentemente sucio. Factores influyentes de una caída.
  • Cruces peligrosos y frecuentes con el tráfico rodado. No es rápido ir calando y descalando los pedales cada 50m o menos, como ocurre en varios tramos de la red de carriles. Igualmente, la buena cantidad de intersecciones en 90º y sorpresivas para los conductores con las vías de circulación de vehículos a motor es ir comprando boletos para un choque.
  • Curvas ciegas y de 90º, con escaso radio de giro, lo que se pone de manifiesto muchas de las veces que se sortean obstáculos como marquesinas de autobuses.
  • Innumerables peatones en los carriles, como resultado de haberles quitado el espacio en las aceras.
Básicamente, por éstas cinco razones, intento no tocar los carriles bici. Por ellos, ni voy rápido ni seguro circulando. Me encuentro mucho más confortable en mi carril de tráfico rodado, pegado a la derecha lo suficiente para evitar puertas de coches que se abr
an, y facilitando la maniobra en lo posible. Yendo así, los coches suelen ver al ciclista, y señalizando bien los cambios de carril, no se suele sorprender al automovilista con maniobras extr
añas.

Se añade el factor velocidad, en éste caso a favor de mi forma de proceder. En ciudad, la diferencia de velocidades no es tan grande, y la "molestia" (si es que la hay), a los coches es menor. Claro que en caso que los coches y motos vayan a 50km/h. En carretera, sobre todo en tramos de subida, la diferencia de velocidades con los vehículos motorizados si que llega a ser mayor.

Pero claro, hay que esperar a ver hacia dónde evolucionan las ordenanzas locales de tráfico. Si nos atenemos a la reglamentación, cuando existe ésta señal, obliga a la circulación de las bicicletas por esa vía. La multa por incumplimiento tiene pinta de ser 200€.
¿Qué hacemos entonces? ¿Circulamos por ahí? ¿Nos arriesgamos a una caída? Peliagudo veo el tema de seguir por ahí.

Claro que habría que preguntarse si en realidad estamos pedaleando hacia dónde queremos ir. La proliferación de carriles bici está bien, aunque hay que ver si no provoca una especie de aislamiento de los ciclistas del tráfico, "enchiquerando" como a los toros. Para mí es un error. Creo que con tener en vías interurbanas arcenes lo suficientemente amplios, limpios y bien mantenidos, que los conductores se supiesen las normas y respetasen a los demás usuarios de las vías, me conformaba. En ciudad, cambio los arcenes por calles razonablemente libres de baches y alcantarillas trampa. No se si es mucho pedir. Tal vez sí.


miércoles, 8 de junio de 2011

Marcha Cicloturista "Pirineo de la Costa del Sol"

Siempre se dice que los resultados en las marchas se deben en mayor medida a lo que se haga antes de la misma. En éste caso, así ha sido. Traté de ir razonablemente entrenado, bien alimentado, y con el punto de reflexión y de experiencia que me había dado el poco más de 1 año que llevo con la bici en serio.

Entrenado iba, gracias a seguir las directrices del plan de entrenamiento del libro “Planifica tus Pedaladas”, de Chema Arguedas, si bien personalizado am mi disponibilidad de tiempo. Alimentado, desde la noche del miércoles estuve cargando hidratos. Y con la experiencia, tratando de no repetir es estado de excitación que tuve la noche previa a la marcha de El Pavo en diciembre.

Habíamos quedado a las 6:15 en La Tana, según me dijo Triple Plato por teléfono la tarde antes, con lo que el despertador sonó a las 5:25. Había dormido casi de un tirón. ¡Bien! Tenía ya todo listo, sólo hacía falta desayunar, ponerme el culotte, calcetines, chándal, bajar la bici y la bolsa de deporte al coche, y a correr.

En La Tana sólo estábamos Triple Plato y yo. Víctor y su padre habían salido antes, Paco “El Italiano” se quedó dormido y salía más tarde, así como Jesús Cano. Tomamos rumbo a Alfarnate. Llegamos pasadas las 7. Aparcando encontramos a Jesús y enseguida fuimos a por el dorsal. Con el mismo daban una camiseta conmemorativa, una gorra y una botellita de 250 cl de aceite de Alfarnate.

No íbamos a desayunar ninguno de los 3, pero si pasaríamos por el baño, dos veces en mi caso. En ese rato, llegaron Jose María “Farma” y Paco. Aparcamos todos mas o menos juntos y comenzamos el proceso, casi de ritual, de ir preparando todo: bici, ropa, comida, manguitos, pulsómetro, etc. Por supuesto, con el preceptivo estiramiento.

Dan las 8:25, y nos dirigimos al centro del pueblo, en donde se da la salida. Como es habitual, con 15 minutos de retraso. Allí, al conectar el pulsómetro y calar altímetro, me llevé la primera sorpresa. En El Pavo en diciembre, al conectarlo, de la excitación o por la razón que sea, la primera cifra que vi fueron 135 ppm. El sábado fueron 94 ppm. No muchas más de las que veo en una salida habitual. La cosa pintaba bien. Esperamos un ratillo y se sale. Somos 183 ciclistas. Ahí confirmo mis pronósticos en cuanto a pulso. Voy muy cómodo, de charla con los compañeros, e intentando ir juntos lo máximos posible. La ruta parece ser que está prácticamente cortada para nosotros. Llevamos a la Guardia Civil y a la organización, y a los coches con los que nos cruzamos, los hacen parar en la cuneta.

Llaneamos 4 o 5 km, hasta que empezamos a subir el Puerto del Sol por la cara norte, vertiente mucho más corta, pero que viene bien para empezar a calentar en ruta. A continuación empezamos a bajar la vertiente larga del Puerto del Sol, e intento memorizar todo lo que puedo, pues puede ser de gran ayuda luego. Afortunadamente, los del CD Alfarnate (imagino), pintaron en el suelo la distancia a la cima. Así que sucesivamente vamos pasando las señales de 250m, 500m, 1km, 2km, 3km, 4km, 5km, 6km y 7 km. Ideal para regularse luego. Hago la bajada cerca de los compañeros, en el último tercio del paquete de 183 ciclistas. Veo todo el rato a Farma y a Jesús. A la altura del km 7, se cambia de carretera, dirección a Periana y Riogordo. La gente aprovecha para hacer pipí en la cuneta, y lo mismo hago yo. Ligero calentón para volver a pillar, aunque al ser en bajada suave, lo hago enseguida, aprovechando los coches de la organización.

Se transcurre por el sube y baja de la zona, y aprovecho para comer la primera barrita. Sobre todo por si acaso. Seguimos a ritmo suave, y de charla con los compañeros de club. Al paso por Colmenar y Riogordo, bastante gente en la calle nos aplaudía. A la salida del primero, cogemos la carretera por la que habíamos discurrido antes con el coche, y que empieza con unos 500m al 13% según la señal de tráfico. Estamos preparados para ello, aunque el Polar no me marca más del 11%. Continuamos rumbo al avituallamiento, para el que quedan 12 o 14 km. Ahí pierdo un poco de vista a los compañeros, pero se que están cerca. Tampoco quería mirar para atrás mucho rato, ya que no conoces a la mayoría de los ciclistas, y no sabes como se mueven y reaccionan. Mejor mirar para adelante y centrarse en las ruedas, afiladores y posibles extraños que pueden surgir.

Avituallamiento en la Venta de Alfarnate. Allí nos agrupamos los compañeros. Nos dan una lata de Aquarius, un plátano, una barrita y un pastelito. Hay agua y fruta extra para quien la quiera. Más que suficiente. Al rato, retomamos ruta hacia Los Alazores. Era ya la última subida antes de la subida final, con lo que la gente la tomaba con prudencia, y a la vez ganas de que llegase. En ese rato voy con Víctor y su padre Álvaro. Entramos en Granada, cruce de Loja y rumbo a Zafarraya y Ventas. Según se enfila la recta en la que se ve el arco de final del puerto de Zafarraya, se nota una cierta tensión en el ambiente, la gente quería bajar de los primeros, para no perder posiciones ante el tramo libre, si bien luego habría reagrupamiento por ralentización. Descendemos Zafarraya. Me tiro un buen rato por la parte derecha de la calzada, tragándome los parches del asfalto, hasta que me voy a la izquierda. Total, si tenemos la carretera para nosotros, así los evito, aunque con cuidado por algún camión parado en ese carril, convenientemente avisado por todo el mundo.

Cruce hacia Periana y ya se empieza a subir. Poco, pero con algo de tensión. Pasamos bajo el antiguo tren cremallera a Zafarraya y ¡TRAMO LIBRE! Cada uno según sus fuerzas. Ahí se me fueron Víctor y su padre. Les estuve viendo un buen rato. Empecé ligeramente detrás de Farma, al que sobrepasé a mitad de tramo. Jesús vino desde atrás y nos adelantó muy bien. Triple Plato empezó detrás y acabó detrás, con malas sensaciones según él. La travesía de Periana viene bien para recuperar, pues se sube poco. Ese trozo lo hago con otros dos ciclistas. En cuanto se sale del pueblo, veo la señal de 7km, y otra vez a sufrir. Subo a buen ritmo, sin pasarme mucho de pulso (media del tramo 168ppm, que es mi 85%), y relajado de desarrollo (34-24 casi siempre). Voy cogiendo gente, lo cual me anima. En una de las curvas de herradura del puerto miro para atrás y veo la ambulancia que hace de coche escoba como a 3 km por detrás, lo que me anima aún más. Van pasando las señales: 5km, 4, 3, 2, etc. En la de 1 acelero algo más, más que nada porque me esta doliendo ya casi todo. No tanto las piernas, sino el culete y las manos. Llego arriba, oigo como cantan mi dorsal ¡712!. Y paro el crono. Según mi medición 1h 01m 40 seg. Oficialmente 1h 2m 04 seg. La diferencia es porque yo lo puse en marcha al pasar yo por el inicio del tramo, y no la cabeza del grupo. Arriba me encuentro a Victor y a su padre, que han llegado 3 min o 4 antes que yo. Jesús ha entrado poco antes que yo, pues le veía delante en los últimos 500m, pero no está arriba. Una vez reposado un poco, tomamos por nuestra cuenta rumbo al pueblo. Aprovechamos para comentar impresiones. Llegamos a los coches, desmonto la bici y a la ducha, reparadora y que hacía falta.

Justo al terminar, para el pabellón, en donde dentro tenían montado el lugar de comida. Buscamos una mesa para los del club, y hacemos corro. La comida: paella, plato de jamón y queso y postre dulce. Bebidas, cerveza, refrescos y agua. Muy correcta.

Al acabar nos entregan los diplomas con el tiempo realizado y a casa, a reponer fuerzas. Esperando repetir el próximo año y en otras marchas, por supuesto.

El ritmo fue controlado en todo momento, excepto en el tramo libre, y a velocidades muy asequibles para el nivel de nuestro club. Se podría pensar en hacer un desembarco mayor de compañeros el año que viene.

Querría en éste último párrafo felicitar a los miembros del CD Alfarnate, y responsables de la marcha. Estupendamente organizada en todos los aspectos: comida, tráfico, velocidad de la marcha, etc. Así da gusto pasar el día.

Retomamos actividad narrativa

En los próximos días espero extenderme más en cada uno de éstos objetivos ya conseguidos en el año:

1.- Bajar de peso. Ya anticipaba algo en la anterior entrada, aunque la cosa ha seguido bajando. A día de hoy, la báscula marca 74,8 kg cuando digo de subirme a ella.

2.- Mejora en los tiempos en la Fuente de la Reina. Si el año pasado, mi mejor registro en los 15,3 km desde EMASA a la fuente fue de 1h 15 min, este año he bajado de 1h 4 min, estando regularmente entre 1h 4min y 1 h 9 min.

3.- Primera marcha cicloturista completada con éxito. Fue la Marcha "Pirineo de la Costa del Sol", de Alfarnate, el 14 de mayo. 110km, con 2200m de desnivel completados con bastante buenas sensaciones, incluso con excesiva prudencia y guardando energías.

4.- Varias etapas señaladas del club completadas con muy notables prestaciones. En especial, la de la Ermita de las Tres Cruces.

Como ya digo, me extenderé más en las próximas fechas.

No quería acabar el post sin desear una pronta recuperación a dos compañeros del club, Cris y Antonio, lesionado uno en la bici y otro en la moto, y que a día de hoy andan convalecientes. ¡Os esperamos!

miércoles, 16 de febrero de 2011

Ganada la primera batalla

Pues sí. La primera de las batallas, la que libraba contra la báscula, ha terminado. Y como era de esperar, a juzgar por lo que contaba en la entrada anterior, con victoria para mi lado.

El miércoles 16 de febrero, día semanal de pesarse, dí 77,7 kg en la báscula. ¡CONSEGUIDO!

Para ser sincero, no ha costado tanto. Sólo quitarse un poco de alcohol, de pan. Además, siguiendo un orden en las comidas, tomando preferentemente proteínas en las cenas, e hidratos a mediodía, se ha llegado a éste peso. También ha ayudado hacer más de las dos terceras partes del tiempo semanal sobre la bici en el intervalo del 60 al 70%, quemando grasa como si fuese una caldera de una máquina de vapor.

Según los cálculos de Índice de Masa Corporal (IMC), me encuentro en una cifra de 24,01, equivalente a la de un sprinter. Obviamente, no tengo la potencia y el nivel muscular de Thor Hushovd, aunque mi planta se asemeja más a la de un asiduo practicante del cicloturismo.

Con éste peso, que espero mantener más o menos durante el año, subiré mejor los puertos, pues el conjunto bici-ciclista se ha visto rebajado en más de 4 kilos. Si mejoro algo la fuerza con las series de fuerza resistencia que empezaré a hacer a partir de la última semana de febrero, ya sería ideal. Con éstas premisas, espero no tardar mucho en bajar de 1h 10min en la subida al Puerto de El León, cronometrado como habitualmente, desde el último semáforo de Fuente Olletas hasta la misma Fuente de la Reina.

En las salidas con el club, seguimos a buen ritmo. Ahora mismo, en 7 semanas, llevo 1350 km. La cifra de 80 km diarios la alcanzamos con regularidad, y no acabo para nada cansado. Voy a plantearme, a partir de ahora, salir media hora antes de casa, y hacer 10 km por el Paseo Marítimo antes de reunirme con los compañeros. Sirve para calentar y ya se acude con un cierto bagaje de km. Si no, prolongar luego, al acabar la ruta se hace más pesado. Aunque ésta última opción es también muy atractiva. Puedo subir con Farma hasta Olías, hasta el Mirador, o un Puerto Marín, añadiendo 16-20km a la salida oficial. Todo sea por echar km.

Hasta la próxima.



martes, 25 de enero de 2011

Dos batallas de una misma guerra

Ahora mismo me tenéis librando dos batallas, dos luchas (por supuesto deportivas), que en realidad son de la misma guerra. Una es la puesta en forma, con vistas a mejorar mis prestaciones sobre la bici en éste 2011, y otra "La Batalla contra la Báscula". Empezaré por la segunda.

En los primeros días de enero, mi mujer y yo nos pesamos en la báscula doméstica. Ella como tradición enmarcada dentro de los propósitos que se hacen cada año nuevo, y yo como cónyuge solidario. No tenía consciencia de mi peso real, pues dejé de pasar por la báscula hace meses, cuando estaba estancado en 80,5 kg aproximadamente. Comíamos de todo, incluyendo aperitivos pre-comida, pero lo quemaba sobre la bici.

Y así era, pero ese día de pesada, ví 82,7 kg en el marcador digital. ¡Horror! ¡Había ganado peso! No es que me viese gordo, sino más bien me entró miedo por algunos de los hábitos alimenticios que llevábamos. Y claro, si haciendo ejercicio he ganado algo más de 2 kilos, si no lo llego a hacer...

Nos pusimos en marcha, con varios puntos clave.
  1. Lo primero, reducir el pan (que he de reconocer que antes de las comidas lo devoraba).
  2. También descartar los refrescos de cola, aunque sean "light". Lo mismo con las cervezas.
  3. Lo tercero, aperitivos fuera. Entre horas, picar una sola vez, y mejor fruta o yogur desnatado.
  4. Y por último, ya más aplicable a mi, las recargas de hidratos previas a las salidas exigentes, hacerlas el día antes a mediodía. Para las noches, lo mejor es proteína (carne o pescado).
Con estas premisas, desde el 6 de enero (día de la fatídica pesada), he perdido 2,8 kg. Hemos fijado un día a la semana para pesarnos, que es el martes o miércoles por la mañana. Así, el día 6 de enero dí 82,7 kg. El 11, 81,9 kg. El 18, 81,1 kg, y el 25 de enero, hoy, 79,9 kg. ¿Mi objetivo? Llegar a los 78 kg, el cual lo veo cerquísima.

Digo lo de un día semanal porque he comprobado que después de las rutas en bici, pierdo peso en forma de líquido. El día siguiente el cuerpo, el previsión de otra "paliza", retiene líquido, que tengo que ir expulsando en algo más frecuentes visitas al baño. Es al tercer día, ya pasadas 48h al menos desde el ejercicio, cuando vuelvo al peso normal. Y claro, como mis planes de salir son martes, jueves y sábado, es el mismo martes por la mañana cuando ha pasado más tiempo desde la última salida (normalmente 72 h desde el sábado a mediodía).

Volviendo a la primera de las batallas, la de la forma, estoy saliendo 2 días entre semana, a ritmos aeróbicos "quemagrasas", un total de 2 horas y media mínimo cada día. Así, me planto el fin de semana con 5 horas sobre la bici, de las que aproximadamente 4 suelen ser de trabajo en el intervalo 60 al 70% de las frecuencia cardíaca máxima (viene a ser entre 116 y 136 ppm). En la salida del club, que suelen durar estos meses algo más de 3 horas, intento mantenerme en los mismos márgenes, gracias a la ayuda de Paco Garrido, con lo que me sale un mínimo de 8 horas semanales, y poco menos de 200 km.

A la vez, aconsejan hacer tablas de ejercicios en casa, los días que no se hace bici, sobre todo para fortalecer tren superior: brazos, torso, espalda, etc. Y en ello estoy, con mi esterilla en casa, mis mancuernas de 2 kg, y mis tablas de abdominales, lumbares, flexiones, sentadillas, tijeras y demás. Lógicamente, no pretendo llegar a tener pectorales como Jesús Vázquez, pero si un cierto tono muscular que me permita soportar mejor las horas sobre la bici, porque algún día he terminado muy cansado de brazos.

Así que, después de 4 semanas del plan en ambos frentes, éxito por ahora. Me veo más cómodo pedaleando a velocidad de crucero, y con pulsos más bajos que el año pasado (el día de mayor pulso en éstas 4 semanas ha sido de 140 ppm, o 72%), y a la vez, estoy soltando kilos.

Hasta la próxima.

martes, 4 de enero de 2011

Crónica de la Clásica del Pavo

La mañana empezó pronto. Nunca había ido a una cicloturista, y los nervios me podían por la noche. Desde las 6 estuve en danza, oyendo caer las últimas gotas de lluvia. A las 7 salté de la cama, di un beso a la parienta, y me puse a desayunar. Revisé la mochila con todos los artilugios: ropa de todo tipo, gafas de cristal claro, botines, etc. Bajé bici y mochila al garaje, y en marcha. 34 km hasta Vélez, aún de noche, en donde seguía lloviendo. Llego, aparco a unos 500m de la salida, y en chándal voy a por el dorsal, el 7.

Vuelvo al coche, lo coloco en la chaqueta, y a buscar un bar para el café de última hora y esa cagadita de rigor. Me encuentro a un compañero del club (Tripleplato), le acompaño a aparcar cerca de mí, nos preparamos, y en bici a la salida. Eran 500m, si, pero adoquinado y mojado. Puro Tour de Flandes.

Pero me iba notando algo de pulso, imagino q
ue por los nervios y la excitación. En la zona de salida, calo la altitud del altímetro del Polar y efectivamente lo compruebo: 137 ppm en reposo. ¡La ostia! Esto se haría largo, pensé. Cuento por encima los cicloturistas que íbamos a salir, unos 120.

Empezamos. Se callejea por la ciudad, con vías adoquinadas y otras asfaltadas. Hasta que se sale a la carretera general, por la principal y no por la secundaria de El Trapiche (hay un desprendimiento de la noche anterior). Un poco de llaneo antes del tramo libre, la subida a de Canillas de Aceituno. En esa zona llana fue la única en la que metí el plato. Pero veo que sigo alto de pulsaciones (140-150 ppm), y encima empieza a llover. Enseguida para, justo al empezar la subida. Me veo acelerado (175-180, e incluso cerca de 190 alguna que otra vez). Intento no mirar al cacharrito. Afortunadamente, al empezar la subida, es el km 0 de esa carretera, con lo que los hitos kilométricos ayudan a regular. Voy de menos a más. Creo que nadie me pasó en la subida, y si en cambio adelantaría a unos 15 o así.

Voy incluso ayudando a algunos que les veo atrancados, dándoles ánimos. A pesar del pulso elevado, me veo "cómodo" y con buenas sensaciones. Llego al pueblo, nos reagrupamos en la plaza del pueblo y entramos a una sede social al avituallamiento: vino, morcilla, ch
orizo y mantecados. Cojo los mantecados y un botellín de agua.

Seguimos, ya neutralizados. El terreno es pestoso, lleno de ríos de agua que cruzan el asfalto, con barro, y se rompe el grupo muchas veces. Hay tramos y repechos jodidos.

Finalmente, descendemos para Vélez, sin poner plato, porque en cada curva se veía peligro por el agua. Llegamos a la meta y...entrega de premios.

No me pensaba quedar, porque no pensaba que había ganado nada, y además era tarde. De hecho, me hice una foto con una pareja disfrazados de pavos-gallinas, con la idea de que fuese el único pavo a catar ese día. El de la megafonía empiezan por cadetes, juveniles, etc. Élite, gana un holandés (Paul Kneppers) del Reyno de Navarra que se le ve buena pinta, de medio pro. Llegan los Master-30.

"Tercer clasificado...Enrique Bueno", dice el de la megafonía. No sabía donde meterme. Pero voy avanzando, subo al podio. Foto y esperar al segundo y primero. Más fotos y para abajo. Luego me pongo a mirar y es que, efectivamente, pocos Master-30 había. Seríamos unos 10 o así.

Total, que para casa con bici llena de barro, equipación negra, y un trofeo. Un pavo-mudéjar curioso, como se ve en las fotos.



Salida
Perfil


En acción

Podio

A lo Rafa Nadal

Días más tarde, sale la clasificación y se ve que se han hecho un poco de lío con los dorsales. No acabé el tercero de los Master-30, porque ese tiempo no lo hice ni por casualidad. O una equivocación o que sólo contaron los federados en la clasificación. A saber. Pero el caso es que tengo un pavo de bronce en la estantería.

lunes, 3 de enero de 2011

Calendario 2011 del Club Ciclista Ferroviario

El día 17 de diciembre tuvimos la comida del club, en donde, aparte de pasarlo muy bien entre todos, recordando nuestras hazañas cicloturistas y globeras, se nos desveló el calendario oficial de salidas del club. Con cierta expectación por nuestra parte, pues lo esperábamos casi como si fuese el recorrido de la Vuelta Ciclista a España.

Al igual que durante 2010, se sale sábados y domingos, con las rutas de los sábados más exigentes en recorrido y kilometraje, y las de los segundos, más relajadas y planteadas como de recuperación.

Hay casi dos meses a principios del año con rutas de ir haciendo km, y en marzo empiezan las cuestas: Puerto Marín, Moclinejo y Almogía. En abril se sube Olías, La Reina y Benamocarra. Y de mayo a septiembre hay rutas exigentes, con algunas de más relax.

En buena medida, intentaré cumplir con las de los sábados, las más desafiantes para éste humilde globero. Espero, sobre todo, poder estar a buen nivel en éstas:

  • 21 de mayo. Ermita de las Tres Cruces.
  • 11 de junio. Puerto de la Ragua (con transporte en coche previo, claro).
  • 18 de junio. Almogía, Villanueva, cruce de El Torcal, Valle de Abdalajís.
  • 2 de julio. Coín, Monda y Marbella.
  • 9 de julio. Canillas de Aceituno.
  • 23 de julio. Repetidor de Mijas.
  • 30 de julio. La Reina, Comares y Olías.
  • 20 de agosto. 9 muros en Málaga.
  • 27 de agosto. Vélez, Puerto del Sol,Colmenar.
  • 3 de septiembre. La Reina, Benamargosa, Cútar, Almáchar.
Son buenos desafíos, soy consciente de ello, pero tengo ganas de añadirlos al zurrón.

En otro orden de cosas, se nos dijo que, gracias a las gestiones de J. M. Cuevas, para éste año 2011, el centro comercial Vialia nos patrocinaba al club. Dicho patrocinio se concretaría en una equipación completa para cada miembro de club. Los colores y el diseño cambiarían a los corporativos del centro comercial (blanco, verde y amarillo). Aún no se nos ha comunicado el diseño, aunque muchas ganas tenemos de verlas y sobre todo, lucirlas por la carretera.

Hasta la próxima entrada, que será rápida comentando la Clásica del Pavo del 19 de diciembre, con sorpresa incluida...